Huéspedes ajenos bajo nuestros techos
Los veloces juegos de vuelo y los chillos vivos y agudos de los vencejos (apus apus) cazando alto en los cielos sobre nuestras ciudades, nos son muy familiares en la primavera y el verano.Se confunden a menudo los vencejos con las golondrinas, con las que, sin embargo, no son emparentados.
Aquellas fascinantes criaturas con sus misteriosos ojos oscuros y las alas estrechas en forma de hoz, pasan casi su vida entera volando e incluso duermen en el aire. Entre todas las especies de aves del mundo, el vencejo es la que está adaptada mejor y con infinita perfección al espacio aéreo.
La mayor parte del año los incesantes maestros del vuelo viven, volando constantemente, sobre el continente africano. No se buscan una región definida para invernar, como otras aves migratorias, sino siguen siempre a las condiciones más favorables del tiempo y de alimentos. A mediados de abril hasta mediados de mayo vuelven a Europa para empollar y criar a sus pollos, antes de que la mayoría ya emprenda el enorme viaje a principios de agosto. Y es así que los pájaros juveniles, que son completamente autónomos a partir de su primer vuelo, encuentran solos su camino y migran independientes de sus padres.