El material de plumas usado para el injerto viene de vencejos adultos y juveniles no capaces de volar, pero con plumaje intacto y desarrollado perfectamente, que han llegado muertos a la clínica o que murieron aquí o tuvieron que ser eutanasiados. Según las posibilidades se debería usar siempre plumas adecuadas y de la misma clase de edad, adulto o juvenil, porque la diferencia en tamaño y longitud es considerable. Si se hace un injerto en un juvenil con plumas de un adulto, resultarán diferencias en las alas de mano de 1-2 mm, y las proporciones cambian. Las plumas remeras son 6-8 mm más largas que las de un vencejo juvenil. No se puede comprobar los efectos para la capacidad de volar, por eso es recomendable seguir las condiciones naturales lo mejor posible.
Retirar las plumas del donante
Las plumas del "donante de órganos" son retiradas acuradamente una tras otra. Se recomienda numerar las plumas retiradas para no confundirlas más tarde; también es preferible marcar la distancia de la raíz de pluma hasta donde se corta, para poder tomar las mismas medidas y marcas en el pájaro vivo y para que más tarde el ala nueva quede bien en tamaño y posición.
Preparar las plumas y el paciente
Primero hay que preparar un juego de plumas, un trabajo enormemente minucioso. Para eso hay que limar pequeños trozos de varetas de carbono o fibra de vidrio al ajuste de los cañones de plumas del paciente. Sólo después de haber preparado todas las plumas necesitadas, el vencejo paciente será anestesiado. Sin anestesia normalmente no se puede hacer ningún injerto, porque los pájaros reaccionan muy sensiblemente, moviéndose bastante en defensa contra cualquier maniobra en sus alas. Durante el proceso del injerto deben estar completamente inmóviles, si no una reconstrucción exacta del ala no es posible. En algunos casos singulares (pájaro muy tranquilo, como máximo 1-3 plumas de mano o timoneras a injertar) se puede hacer la operación sin anestesia, si el veterinario tiene experiencia con este método.