(Suspiro) Vencejos acostumbrados a contacto con los seres humanos exigen un gran esfuerzo físico. El vencejo real Laurin es un hijo de su mamá, porque no tenemos pareja adecuada para él y porque en su caja se arruinaría sus plumas valiosas aleteando como loco. Pero el polaco Gwizdek que había llegado anteayer es un verdadero "Kaspar Hauser", no tolera a ningún otro vencejo y sólo quiere estar con humanos. Será muy difícil enseñarle a volverse vencejo otra vez. Pero ya tenemos experiencia con eso y en la mayoría de los casos también éxito. La pregunta es si es útil meterse con un celoso vencejo real...