Suerte en la miseria ha tenido hoy el adulto Levi de Rodgau. Después de un accidente grave fue encontrado en la calle y enseguida llevado a la clínica de vencejos. Un área de plumas incrustadas de sangre debajo de la oreja izquierda ocultaba una herida abierta de 3 cm de largo, llegando del cogote hasta debajo de la punta del pico y que desnudaba la articulación de la mandíbula. La herida fue cerrada quirúrgicamente y desinfectada con espray de aluminio. ¡Sin examen profundo no se habría detectado la grave lesión! Por eso: ¡adultos heridos no deben ser tratados por inexpertos! Debajo de un hematoma diminuto o una sencilla costra de sangre pueden ocultarse heridas que, sin los tratamientos debidos, probablemente le cuestan la vida o la capacidad de volar al vencejo.