Ahora se caen, los nuevos pacientes. A Cinna, nuestro vencejo rescatado del desván, le siguieron dos „gallos de pelea“. Enganchados y maltratándose fuertemente, los dos vencejos de Wiesbaden fueron ingresados a nuestra clínica. Uno de ellos, seguramente en búsqueda de un nido, habrá entrado en uno ya ocupado, donde se había metido con el dueño. Atacándose reñidamente, los dos gladiatores alados se cayeron al suelo, ciegos y sordos ante su entorno. Menos mal que un pasante amable los cogió de la calle antes de que un gato o una urraca los encontrase, y los llevó a la clínica de vencejos. Mientras tanto Spartakus y Caligula, como los llamamos, pudieron ser liberados. Ojalá la estancia en la clínica les haya calmado su temperamento.