Ha terminado una época, comienza una nueva: ¡Woody está libre! ¡Woody vuela! Un sueño, hecho realidad, una historia increíble con final feliz: Woody y su compañero Momo se han alzado hoy día al cielo azul de verano, todavía no lo podemos creer...

Desde que ha tenido su operación de injerto hace unos días atrás, Woody, uno de los pacientes más famosos de la clínica de vencejos, no quiso perderse nada. Absolvía las vueltas diarias de entrenamiento con rutina, como siempre, pero estaba más y más aburrido. 40 metros cuadrados, limitados por unas cortinas, ya no le podían desafiar al elegante vencejo, seguro de sí mismo, aparte de irritar a las entrenadoras, pero esto también pierde atractivo con el tiempo. El compañero de Woody, Momo, un vencejo esbelto y aerodinámico, opinaba lo mismo.

Muy nerviosas, con las manos temblando y rodillas trémulas, porque el historial de Woody y Momo pertenece a los peores posibles, preparamos su liberación memorable. El adulto Florian, recuperado por fin después de una disputa desagradable con un coche, fue el tercero del grupo. Todo el equipo del día viernes, junto con los entrenadores y visitantes participaron para decir adiós a nuestros acogidos tan especiales.

Aunque el adulto Florian ya tenía experiencia, no se atrevía al principio, y por eso empezó Momo, que era igual de impaciente como valiente. Y nos dio enseguida un susto enorme, porque en vez de subir directamente al cielo, tomó rumbo de colisión con cada muro, pared y cabaña de huerto en la cercanía, para desaparecer delante de los jardines vecinos. Sólo después, al ver el vídeo del despegue, nos dimos cuenta de que Momo había de repente doblado hacia la izquierda para subir después, cosa que nuestros ojos no han podido percibir.

Woody no esperaba ni un segundo. ¡No esta vez! Se fue tan rápido que la cámara había grabado sólo un caleidoscopio vertiginoso de casas, cielo, puntas de árboles y voluntarios regocijando como locos, pero no el vencejo soberano, volando a toda velocidad hacia arriba, encontrando a sus congéneres sobre nuestras cabezas. ¡Y en realidad, tiene que contarles algo! ¿Si le creerán su historia...?

Woody alto en el cielo... ¡increíble! Al final quiso volar también el adulto titubeante. Nos quedamos perplejos en la calle delante la caja vacía, con el sentimiento de que algo muy especial e increíble había ocurrido. Woody y Momo libres - no lo pudimos creer. Pero ahí estaban, sobre nuestras cabezas, un grupo entero, planeando y chillando.

Tantos meses de dudas y miedo, de esperanza, de fe y paciencia han pasado, desde que los dos juveniles mal alimentados y condenados a muerte llegaron a nuestra clínica. Tanto trabajo, alimentar, motivación, entrenamiento, operaciones, injertos... Un verano perdido, un otoño melancólico, un invierno larguísimo, una primavera con nueva esperanza. ¡Lo han logrado! Woody y Momo nos han mostrado qué significa luchar.

Recibiremos con alegría sus tarjetas de felicitación, buqués de flores, bomboneras, cestas de regalo y champán. Nuestra dirección en Buchenstr. 9 es bien conocida. Woody y Momo se hacen disculpar, tienen que hacer cosas más importantes, como conquistar el cielo.