Cuando Tess llegó como polluelo a la clínica de vencejos, había ya sido nutrida durante 3 semanas con una dieta bien variada, con pienso de gato (como se sabe, todos los vencejos tienen pellejo, ronronean y hacen "miau"), requesón y yema de huevo, y sobre todo en aplicación externa, así que el pobre pájaro, totalmente demacrado, se veía como empanado. Tess recibió inyecciones, fue limpiada y alojada en una caja calentada para pacientes intensivos, y alimentada cuidadosamente con grillos.

Desgraciadamente resultó que Tess, como tantos otros habiendo recibido una falsa nutrición, desarrollaba un enorme defecto de plumaje: se le cayeron algunas plumas primarias, otras estaban tan defectuosas que se quebraron. Así tampoco pudo despegar a tiempo, llegada a ser volantón, sino tenía que esperar más durante semanas y meses. Junto con otros compañeros infortunados de parecido destino está esperando a nuevas plumas y al mismo tiempo a una cita para injerto, como también necesita nuevas plumas de un donante para reemplazar las partes quebradas del plumaje. Aquí es parecido a un hospital para humanos – si no se trata de un caso de emergencia, hay una lista de espera con orden númerico para las operaciones que quedan – quien ya espera más tiempo le toca más temprano. Para los pájaros significa una carga igual de dura que para el equipo de la clínica de vencejos, porque en otoño e invierno ya no se puede esperar a liberaciones espontáneas. Una planificación minuciosa para los transportes al sur y una organización y logística increíble son imprescindibles. Cada año hay más pájaros que a causa de sus problemas del plumaje vienen muy tarde respecto a la temporada. Aquellas aves se encuentran a menudo en condiciones miserables y tienen problemas ortopédicas, no comen bien y son en general unos ejemplares lamentables. Y significan trabajo, trabajo, trabajo, las 24 horas. De las ocho de la mañana hasta la medianoche se suele alimentar, durante la noche se realizan las operaciones.

Tess debe ser oclusionado a finales de junio, principios de julio, a la edad de unos 30 días llegó a Frankfurt. Normalmente hubiera sido volantón a mediados de agosto. Tan sólo el 5 de octubre le tocó el injerto, y ahora es un vencejo juvenil de gran belleza, que dentro de unos días puede probar cómo es – volar. Si todo va bien, despegará en la próxima liberación!