26 pacientes fueron ingresados el viernes pasado en la clínica de vencejos, algunos traídos por los halladores mismos o también por nuestros mensajeros voluntarios. El teléfono no dejó de sonar. En la pieza de aves alimentaban las siempre muy pocas voluntarias a destajo, eran ya las dos de la noche cuando se terminaba con el último pájaro. Aparte de eso había que hacer inyecciones, tratamientos de emergencia, fijaciones provisionales de fracturas que se deben tratar ahora durante la noche. Y también -no se puede evitar- la eutanasia en casos con lesiones demasiado graves, cuando es obvio que el vencejo herido nunca más podrá volar. Como Iola de Colonia, que anoche fue avisada por un usuario de facebook y llevado la mañana siguiente por su halladora a nuestra clínica: una fractura conminuta abierta del ala, diagnóstico infausto. O Pernilla de Butzbach, con esternón destrozado... Podían dormir suavemente y no tenían que sufrir mucho más.

17 de los 26 pacientes eran polluelos, y – hecho triste- la mayoría otra vez de obras de tejado. Entre ellos también (vea foto) 4 bebés de vencejos reales, que se „encontraron“ durante obras de saneamiento en el sur de Baden-Wurtemberg. La desconsideración y la ignorancia con la que se hacen las obras de tejado durante el período de cría de especies estrictamente protegidas, como vencejos comunes y reales, nos conmueve cada día de nuevo. No queremos saber la cifra exacta de todos los polluelos que terminan en los escombros o se mueren de hambre detrás de andamios. Nos llena de ira que por el momento casi un tercio de nuestros pacientes sería normalmente alimentado por sus padres. En su lugar están ahora las voluntarias de la clínica de vencejos, sacrifican su verano completo y alimentan durante aprox. 18 horas al día con grillos carísimos. Los gastos de alimentación por pájaro y semana en promedio: ¡¡¡10-12 Euros!!!

Pero esto no les interesa a los responsables. Aunque ni siquiera el más duro ignorante pueda decir su frase preferida en esta situación „así es la naturaleza“, una frase que la gente comprometida al rescate de animales silvestres en apuros tiene que escuchar tantas veces.

En la foto ve los bebés de vencejos reales Anton, Asmus, Alyssa y Amélie. Algunos protectores de animales atentos los han salvado del edificio antes de que hubieran terminado en los escombros. ¿Cuánto vale una ley que hubiera debido proteger a los padres y los nidos? ¿Dónde estaban los oficiales encargados con la ejecución de esas leyes? ¿Dónde están los políticos que deberían hacerse cargo de tales irregularidades? ¿Dónde está la responsabilidad de los ciudadanos por los animales silvestres autóctonos?

Protección de naturaleza en Alemania – un tema triste y embarazoso.