Hoy día llegó el adulto Orlando de Dresde. Su plumaje fue completamente ensuciada con una sustancia pegajosa y aceitosa. Con el principio alquimístico: „similia similibus solvuntur“ (lo similar disuelve a lo similar) hemos tenido casi siempre buenos resultados: Orlando fue -naturalmente bajo anestesia general- untado de arriba para abajo con mantequilla para disolver la sustancia aceitosa. Después fue lavado a fondo en un baño tibio con bastante detergente lavavajillas para sacarle la sucia mezcla de mantequilla y aceite. ¡Un vencejo mojado se ve igual de conmovedor que un gato mojado! Queda por esperar que la cura radical haya tenido éxito y que las plumas de Orlando estén liberadas de la sustancia maloliente después de haberse secado. Pero tiene que permanecer un tiempo en la clínica para impregnar su plumaje de nuevo con la secreción de la glándula uropigial.
P.D.: ¡Orlando fue liberado con éxito el 14 de junio!