Woody vive ahora con 3 congéneres vivarachos, cantando y piando todo el tiempo, come grillos hasta que se le salen por la garganta, y recupera así su infancia, robada tan cruelmente. Y se quedará disfrutando este tiempo hasta cuando él quiera. Vendrá el momento en que mirará al cielo y todos sus instintos le dirán que es tiempo para volar. Entonces será el momento para tomar la decisión.
Y- a pesar de todas las maledicencias- nunca hemos dejado a esperar a milagros, y también hemos realizado algunos. Innumerables defectos del plumaje han sido reparados por nuestro trabajo enorme. Pero no podemos reparar picos quebrados…
Vamos a seguir respetando la voluntad y la dignidad del ser vivo que cuidamos. No permitiremos que uno de ellos sufra innecesariamente. Para eso los queremos demasiado a nuestros vencejos