Han pasado cuatro semanas desde que emprendimos el quinto viaje a Fuerteventura. Esta noticia entonces no son novedades en su sentido original. Casos de enfermedad y pérdida de voluntarios complicaban la alimentación de los casi 60 pacientes restantes de tal manera que no sólo las noticias quedaron atrás sino también el sexto y último vuelo planeado para fines de marzo. Simplemente ya no era posible hacer los injertos necesarios junto con la alimentación diaria a destajo. Así los vencejos restantes tienen que esperar, esperar y esperar. La situación sigue siendo difícil por el momento.
Buena suerte tenían hace 4 semanas los 9 vencejos juveniles Fabrice de Bad Elster, Lia de Livorno (Italia), Lana de Güsten, Lily y Shoshone de Lugau, Siri de Gleidingen, Amadeo de Hanover, Treasa de Wolfenbüttel, Julius de Viena (Austria), igual que los 2 vencejos pálidos Cera de Savona (Italia), un pollo tardío de una cría de octubre (!), y Boquerón de Málaga (España), que nuestro amigo español, el abogado José-Luis, nos había traído por avión. Recibieron sus injertos a destajo, noche tras noche, listos justo a tiempo para poder viajar el 7 de marzo a la isla canaria soleada.
Sobre el paisaje florido en los alrededores de Tindaya, nuestros 11 vencejos emprendieron su primer vuelo en libertad el día 8 de marzo. ¡Todo iba bien! Y eso a pesar de que al principio vimos un cernícalo sobre el terreno de liberación, y a pesar de que nuestros dos vencejos pálidos juveniles que despegaron últimos fueron atacados fuertemente por la pareja de ratonero común residente. A los observadores casi se les paró el corazón. Desde lejos parecía repetidas veces como si las rapaces iban a atrapar a nuestros vencejos. Pero la italiana grácil, Cera, se escapó rápidamente por el Barranco Esquinzo, y Boquerón, el muchacho fuerte de Málaga, se distanció de los ratoneros mediante maniobras grandiosas y al final con un vuelo de ascenso impresionante hacia la altura del cielo. ¡Viva!
!Y esto a pesar de que había sufrido una grave lesión del cinturón escapular durante su vuelo inaugural aquel día en Málaga, y que como consecuencia quedaba cojo durante largos meses! Sólo después de una fisioterapia larga e intensiva en la clínica de vencejos recuperó su capacidad de vuelo. Y ahora nos demostró su perfección de manera impresionante durante su despegue del monte sagrado de los Guanches cerca de Tindaya. La exultación de nuestro equipo internacional – ¡nuestros amigos de la Finca Esquinzo! – no tenía límite. Durante cierto tiempo pudimos ver a nuestros acogidos alto en el cielo. Nos alegrábamos por cada uno, porque todos habían vivido cosas malas y han debido tener mucha paciencia y fuerza para poder vivir este día maravilloso. Pero de todas maneras hay uno entre todos aquellos pájaros especiales que es MUY especial: ¡y esta vez fue Shoshone!
Dentro de poco le informaremos aquí de su destino extraordinario.