Mientras que el primer grupo de nuestros „vencejos de invierno“ emprendió su viaje en avión a Fuerteventura, un vencejo real y un pálido se fueron en la dirección opuesta: El 16 de diciembre de 2013 llegó Robin de Barcelona. El joven vencejo real, que ya debería estar desde hace mucho en África, había estado desde septiembre en manos humanas, sufriendo de un grave daño del plumaje como consecuencia. Desgraciadamente le habían sacado dos plumas remeras quebradas en un centro de rehabilitación en España, donde se esperaba que iban a crecer de nuevo sin defectos. La consecuencia es un daño permanente del desarrollo de las plumas por haberlas sacado a la fuerza. La clínica de vencejos en Frankfurt es ahora la última esperanza para este vencejo real gravemente dañado. Es verdad que podemos hacer injertos, pero no podemos producir nuevas plumas haciendo magia... El 22 de diciembre llegó el último paciente del año 2013 (¡no. 859!), el joven vencejo pálido, Cera. Viene de Savona (Italia) y fue encontrado muy tarde junto con su hermano que desgraciadamente no pudo ser salvado, murió durante el viaje.
Esperamos poder salvar a Cera, que actualmente está muy mal de salud.