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Recogido, tratado mal y abandonado...
Friday, 21. August 2015 18:15
Por: Dr. med. vet. Christiane Haupt

Huckleberry: débil y apático Foto © C. Haupt

Está demacrado hasta los huesos, casi no puede abrir los hojos. ¿Así se "libera" un vencejo? Foto © C. Haupt

Las plumas primarias están empastadas e incrustadas. Foto © C. Haupt

Los excrementos en la parte inferior de las plumas quebradas dicen algo del tipo de alimentación: papilla de cereales y otros componentes inadecuados. Foto © C. Haupt

Los pies también están ensuciados con papilla y excrementos. El vencejo obviamente ya no quiere más, enfermo y miserable reposa en la mano. Foto © C. Haupt

En condiciones lamentables fue encontrado este pobre juvenil hoy día en Frankfurt. Dos jóvenes lo descubrieron sentado en la calle sin moverse y nos lo trajeron enseguida. Claro está: Este vencejo ya había estado durante cierto tiempo en manos humanas, recibía alimentos falsos para ser "liberado" después. Medio muerto, demacrado hasta 28 grs con un plumaje desastroso, pegajoso, completamente sucio y mal oliente. Así era incapaz de volar.

Quién sea que quería hacer su mejor aquí, no ha buscado por la información necesaria para saber de qué tipo de pájaro se trata, y qué son sus necesidades para sacarlo adelante. En la época del internet no es muy fácil de comprender. Igual que en el caso de otro vencejo que llegó hoy día: Este había sido torturado durante 3 semanas con huevo y pan tostado. Pensaron que se trataría de una paloma (¡que también se moriría con una tal alimentación!).

Aunque nos criticarán aquellos que opinan que hay que reaccionar con comprensión y amabilidad frente a tales halladores que tendrían nada más que buena intención... ¡NO! Nos falta cualquier comprensión por la ignorancia permanente y de no informarse que hoy en día es más fácil que nunca. Un animal silvestre no es un juguete. Sufren de los daños y dolores que se les irrogan, así se destruyen vidas. ¡No es broma! Bienintencionado no es bien hecho, la cría a mano de un ave altamente especializada requiere más que meter restos de comida y papilla en un pico, para ponerle al final afuera, enfermo y medio muerto.

Huckleberry, así le pusimos, reposa sobre una manta eléctrica, sin fuerza y apático, ha recibido unas inyecciones. Ha podido tragar unos grillos diminutos. No se puede decir por el momento si va a sobrevivir. Su pronóstico es malo. Pero aunque si termina mal, ha tenido mucha suerte haber sido encontrado por segunda vez y eatá en seguridad ahora. Así no tiene que pasar por lo último, la muerte cruel afuera.

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