Woody, uno de nuestros pacientes más conocidos con hinchada propia, conmueve las emociones desde hace meses. Su aspecto miserable del principio había cambiado durante el año pasado, hasta haberse transformado en un juvenil precioso y seguro de sí mismo, siempre goloso. Por el entrenamiento constante junto con su compañero inseparable Momo, era capaz de volar perfectamente y con rutina, pero con el tiempo se había arruinado su plumaje, siempre un poco desgreñado.
La solución también para él: ¡injerto de plumas! Hoy día ha tenido su operación. La bella Esmé, un adulto recién fallecido, le dio sus plumas perfectas. ¡21 nuevas remeras y timoneras para Woody! Después pudo dormir en la caja postoperatoria.
Ahora ya está junto con su compañero Momo, y mañana puede probar sus nuevas alas en la sala de entrenamiento. Momo, que ha tenido su injerto hace dos días, ya pudo dar sus primeras vueltas. Y si todo va bien, nada puede impedir la pronta conquista del cielo.