Nuestros dos nuevos del asilo de animales de Maguncia se entrenan por primera vez en nuestra sala de 40 m². Todavía falta mucho antes de poder volar realmente, pero los vencejos que tienen que quedarse en manos humanas durante mucho tiempo necesitan satisfacer su enorme afán de moverse, porque si no se atrofia ni sólo su musculatura sino también su psique.