A las 4 de la tarde se posteó la llamada de socorro de Berlín-Neukölln por el grupo de ayuda de aves silvestres: "he encontrado un vencejo en el patio, no puede volar, ¿qué puedo hacer?"
El engranaje impresionante de los ayudantes organizados perfectamente se puso en marcha después de unos minutos. El hallador recibió instrucciones detalladas de emergencia, los contactos de dos hogares de acogida, y posibles consultorios de veterinario expertos en aves. Como en la foto se veía un defecto del plumaje, se recomendaba el transporte a la clínica de vencejos de Frankfurt, y se empezó con la organización.
Cuando el hallador nos llamó sobre las 17h30, ya se había encontrado dos posibilidades de transporte. Los teléfonos se calentaron, la comunicación por Facebook era muy efectiva y rápida. Un chófer sorprendido aceptó llevarlo y se aseguró antes por teléfono que el transporte de ave de Berlín a Frankfurt no era un chiste y que la clínica de vencejos realmente existe.
Otro gran desafío para los ayudantes era la partida planeada para las seis de la tarde. Una amiga de aves se fue desde Berlin-Charlottenburg a la estación central de autobuses, cruzando por el tráfico de la tarde y el caos del partido de fútbol entre el Bayern y Borussia, recogió el pájaro en Berlín-Neukölln y lo entregó a tiempo con neumáticos calientes. El chófer, no obstante los otros pasajeros impacientes, esperaba ya desde hace 45 minutos a la llegada del vencejo herido: ¡El destino del pájaro no le había dejado indiferente!
Cuatro horas y media más tarde - ¡exactamente siete horas y media después de la primera llamada!- el chófer nos entregó el paciente de emergencia. ¡Ninguna ambulancia humana habría podido hacerlo más rápido!
Con sólo 34,2 g el vencejo estaba ya en estado crítico. Enseguida recibió una inyección de emergencia. En el ala izquierda le faltan varias plumas primarias de mano, además sufre de una grave lesión de las partes blandas. Nikita, como le pusimos, fue tratado con medicamentos y un antibiótico. Tiene mucha sed y ya ha comido unos grillos pequeños. Ahora está durmiendo en una caja de emergencia calentada, junto con dos congéneres. ¡Mañana veremos!

¡Gracias a todos que han participado en la acción fenomenal!