Estamos muy preocupados en estos días por las inundaciones en el este y sur de Alemania, y en grandes partes de Austria, donde ocurren verdaderas tragedias de inimaginables dimensiones. Miles y miles de vencejos, golondrinas y otros animales silvestres se mueren. El teléfono de clínica no para de sonar. Siguen entrando las noticias catastróficas de aquellas regiones. Los vencejos están colgando sin fuerza de las paredes hasta que ya no pueden más y se caen de a poco, se ahogan o terminan como víctimas de animales de rapiña. Nunca antes habían encontrado su presa tan fácilmente los gatos, cernícalos y sobre todo los cuervos y cornejas.

Hay llamadas de gente de las regiones inundadas que han salvado pájaros medio muertos, pero el transporte a nuestra clínica es imposible por el momento. Estando las calles impracticables, ni siquiera se puede llegar a un veterinario o una tienda zoológica para comprar alimentos o medicamentos. En la ciudad de Salzburgo, p.ej., hacía 4 grados en la noche del 2 de junio al 3 de junio, y unos 500 vencejos debilitados fueron recogidos de las paredes, secados y calentados durante la noche. Una veterinaria comprometida se fue de casa en casa para darles inyecciones.

En la lluvia permanente al final también las aves que están incubando se mueren sentados sobre sus huevos. En otras ciudades como p.ej. Passau y Dresde, cientos de vencejos son atropellados por coches, en el intento desesperado de cazar insectos cerca del suelo, ausentos por tanto frío y lluvia. Algunas calles de Dresde están bordeadas de vencejos y golondrinas muertos, como nos relata una voluntaria de un centro de recuperación local.

Parece que las inundaciones han alcanzado ya su máximo nivel y que las aguas van bajando lentamente. En la clínica de vencejos se hace todo para salvar a los vencejos que han sobrevivido.