Los vencejos ya están desde hace meses en Africa, pero en Frankfurt hemos recibido uno nuevo todavía.
Pippo fue encontrado en julio en Chieti (Italia), y quedaba desde entonces en manos privadas. Como no había otra posibilidad, la halladora, una catedrática de la universidad de Chieti, emprendió el viaje de 14 horas en tren para entregar su vencejo a la clínica de Frankfurt.
El plumaje de Pippo está casi completo, menos las plumas timoneras que le faltan, así que solamente puede volar cortas distancias en la sala de entrenamiento. Cuando está colgando en la cortina, se parece más a un murciélago que a su especie.
Actualmente pesa todavía muy poco, pero sin duda va a aumentar de peso poco a poco. De todas maneras va a tener que quedarse cierto tiempo en nuestra clínica, pero Pippo vive junto con otros vencejos italianos y uno de Polonia, y han quedado amigos ya.