El adulto Remus de Jena nos sorprende bastante. Después de haberse herido, habiendo chocado contra algo, estuvo algunos días bajo el cuidado de su halladora y nos llegó el martes de esta semana. Este vencejo es muy dócil, se está permanentemente acercando a las personas que le miran en su caja, come grillos de la pinza y se comporta muy familiar.
Ya estamos acostumbrados a la falta de timidez de nuestros vencejos como pacientes, como no conocen el ser humano como enemigo, pero esta enorme familiaridad deja pensar en la posibilidad de que Remus ya había vivido con gente cuando estaba pollo por lo menos dos años atrás, y que todavía se acuerda de este tiempo. Podría ser que sí. Desgraciadamente no lleva anilla que podría confirmar esta sospecha.