Hay verdaderos errores fatales que Ud. puede cometer en el trato de un vencejo encontrado, y algunos de ellos circulan desde eones con una lamentable tenacidad. ¡Es tiempo de acabar con tales fallos, porque si no van a dañar más que servir de utilidad al vencejo que ha encontrado!
=> ¡Nunca tirar un vencejo al aire!
El peor error de todos. Sigue circulando en todas partes el rumor de que un vencejo no puede volar solo del suelo, y que por eso habría que tirarlo al aire.
¡Esto es falso!
Cada vencejo sano y capaz de volar, con plumaje intacto y completamente desarrollado volaría directamente al cielo sin tardar, si lo pondría en el suelo. Pero no va a encontrar nunca ningún vencejo sano y capaz de volar y con plumaje intacto y completamente desarrollado voluntariamente en el suelo, porque vencejos son constantes voladores que pasan toda su vida en el aire y que solamente tocan tierra firme en el corto período de cría cuando están en sus nidos cueva. Si un vencejo aterriza en el suelo, es por razones forzosas. Puede estar herido, debilitado o simplemente demasiado joven para volar. Cuántos vencejos heridos ya habrán sido tirados al aire, para entonces caer indefensos, con huesos quebrados y tendones rotos, sufriendo dolores fuertes. A cuántos pollos, cuyas plumas estaban todavía irrigadas y lejos de estar desarrolladas, habrán querido enseñarles a volar de tal manera barbárica. Un vencejo sano vuele, punto final. ¡No necesita ayuda para eso!
=>¡Nunca alimentarlo con otra cosa que con inscectos!
Cuando uno encuentra un pájaro que necesita ayuda, quiere ponerle en primer lugar cualquier cosa en el pico. Cualquier cosa puede ser realmente cualquier cosa, y así las cosas más increíbles han sido encontrados en los estómagos de unos vencejos infelices. Empieza con piedras que algunos niños habían dado „en broma“ a un vencejo juvenil que murió al final, sigue la historia con dádivas clementes de la propia mesa (salchicha, escalope, higado de pollo, queso mozzarella, fresas, almendras, perejil, etc.), hasta ciertos consejos prácticos de alimentación que desgraciadamente hoy en día todavía se siguen escuchando de la parte de ciertos „expertos en pájaros“ y que se pueden leer hasta en supuestos libros de consulta: carne triturada, gusanos de harina, larvas, lombrices, alimento para crías de canarios, papilla de bebé, copos de havena, pienso de gato o de perro, así como diversas otras ominosas mezclas de pienso. Todas estas mezclas y productos tienen en común que llegan a severos daños y al final a la muerte del vencejo así maltratado, cuando bien mirado es muy fácil y bastaría una mirada en un libro de aves: ¡el vencejo es puramente insectívoro!
=> ¡Un vencejo no es un animal faldero!
Vencejos no conocen el ser humano como enemigo. Reaccionan sin miedo al contacto con seres humanos, les falta la timidez innata que conocemos de otras aves silvestres. Esto puede resultar en que tratemos a un vencejo como a un animal doméstico o un miembro de familia. En el peor de los casos los halladores ya no quieren separarse de „su“ vencejo y se niegan a liberarlo porque „es tan manso.“ No hay nada peor para este sociable volador constante. Olvide nunca que cuando cuida a un vencejo, Ud. acoge para un determinado tiempo el ser más libre bajo el cielo y que tiene que ayudarlo a volver a su hábitat nativo.
„Su“ vencejo no le pertenece a Ud., sino se pertenece a si mismo.
Aparte de eso el vencejo está bajo protección de la ley como todos nuestros animales silvestres locales. Como especie especialmente protegida sucumbe a la ley de la protección de la naturaleza y puede ser acogido únicamente durante su tiempo de reconvalecencia después de haber sufrido una lesión para ser liberado al final, o cuando ha sido encontrado como juvenil para ser criado según su especie y también ser liberado al final.