Infecciones gastrointestinales
Infecciones gastrointestinales no especificadas se observan sobre todo en vencejos que llegan a manos humanas después de largas fases de hambre, y que por consecuencia son alimentados demasiado rápido con grandes cantidades. Dentro de muy poco tiempo sufren de diarrea pastosa y pestilente y malestar general. En casos incomplicados se aplica con éxito ampicilina en forma oral durante 2 a 3 días. La ampicilina actúa localmente en el intestino, y no sistémicamente. Por eso no es necesario dar un antimicótico de forma profiláctica en este caso. Además se recomienda dar un preparado que tonifica la flora fisiológica intestinal, p.ej. "Bene-Bac" o "Nekton-Bio" y "Nekton MSA". Hay que siempre acostumbrar muy cuidadosamente a un vencejo altamente demacrado al alimento y se debería siempre acompañarlo con roborantes, no sólo para evitar infecciones gastrointestinales, sino también para prevenir una peligrosa sobrecarga del estómago.
Si se observa una multiplicación explosiva de gérmenes patógenos en el intestino, p.ej. una infección con bacterias E. coli, puede ser necesario aplicar un antibiótico sistémico. En algunos casos hubo buenos resultados con enrofloxacina ("Baytril") o amoxicilina/ácido clavulánico ("Augmentin"). Se recomienda seguir la terapia según el resultado de un examen frotis de la cloaca y antibiograma.
Pododermatitis („Bumblefoot“)
Los abscesos en la planta de la almohadilla de los pies, igualmente temidos por los propietarios de rapaces y aves ornamentales (p.ej. periquitos y aves ninfas), suelen aparecer de vez en cuando también en vencejos. Se ven sobre todo dos formas:
1) En el caso de vencejos juveniles falsamento nutridos se observaban a veces hinchamientos purulentos en uno o ambos pies en la parte de la planta, igual que hinchamientos graves de los dedos. Abriendo los abcesos quirúrgicamente, se podía quitar grandes cantidades de pus duro, quebradizo y blanquecino. La presión mecánica de los focos purulentos ejercida sobre el tejido blando y los tendones alrededor parece causar un círculo vicioso, la infección se mantiene y se agrava más y más. En ningún caso se pudo curar por completo, porque ni por extirpación ni por enjuague fue posible quitar cada foco purulento de por entre las estructuras tensas y tendinosas del pie. También tratamientos conservativos con vendajes antibióticos (p.ej. chloramphenicol, tetraciclina) en casos sin focos purulentos quedaron sin éxito.
2) La segunda forma de pododermatitis se manifestó con un hinchamiento difuso de las partes blandas, sobre todo en vencejos adultos. No había relación a una posible falsa alimentación, se manifestaba en vencejos adultos que fueron ingresados sin ninguna manipulación anterior. No se sabe si se tratan de hinchamientos inflamatorios o edematosos. Los hinchamientos se extienden sobre las garras, la planta y sobre el completo tarsometatarso. Al final se manifiestan monstruosas garras y por consecuencia lesiones por estas mismas garras propias, seguidas por graves infecciones bacteriológicas. Si se trata de vencejos que tienen que seguir todavía durante mucho tiempo con tratamiento médico, la eutanasia puede ser la última medida. Si el "bumblefoot" se muestra de forma ligera, y si el vencejo puede ser liberado dentro de poco, debería dejarlo volar también con los pies hinchados (¡pero nunca con anillas!). Bajo condiciones naturales –volando- los pies de vencejos no están sometidos a ninguna carga, y el movimiento normal debería ayudar a una resorción del líquido del tejido acumulado. Una cura es más probable en libertad que con más intentos de terapia en manos humanas.
Infecciones de la garganta
La garganta de un vencejo en libertad es normalmente estéril. Cualquier infección observada de la mucosa de garganta y faringe ha sido producida por factores múltiples, surgiendo en cautividad, favorecida por falta de higiene, un sistema inmunológico debilitado, escasez de vitaminas, mucosas desecadas y estrés.
La forma más común es una infección por contacto con cándida albicans. Animales infectados muestran capas blanquecinas y mucosas en la garganta y exhalan un olor dulzón. Sin tratamiento médico las capas pueden volverse en costras gruesas y marronáceas que en el peor de los casos pueden dificultar la respiración y la deglución del pájaro. Hasta ahora no se han comprobado otros tipos de hongos diferente a cándida albicans. Infecciones con cándida albicans deberían ser tratados inmediatamente, porque han sido repetidas veces la fase previa de muy graves infecciones bacteriológicas de la garganta. Menudas veces se han comprobado gérmenes patógenos como Klebsiella spp, Proteus spp y Pseudonomas aeruginosa. Para un tratamiento con éxito hay que hacer un antibiograma. Pero muchas veces tales infecciones de garganta ya se han mostrado resistentes a cualquier terapia y en algunos casos la eutanasia del vencejo afectado no se pudo impedir a causa del transcurso brusco de la infección.
Una escasez de vitamina A, bastante frecuente durante una estancia de largo tiempo en cautividad, y también mucosas desecadas, favorecen igualmente una infección de garganta por las microlesiones en la mucosa que abren la puerta a gérmenes patógenos.